El inicio de un viaje que comienza en la costa oeste de EE. UU. y continúa en otros lugares. AHEAD combina ubicaciones y rutas especiales con momentos emotivos y personalidades emocionantes. Al mismo tiempo, los vehículos Porsche son los principales protagonistas de cada recorrido que atraviesa las más diversas regiones del mundo. Ya sea a través del desierto, en lo alto de las montañas o a lo largo de la costa, no conducimos para ir de A a B. Conducimos para conducir. Le damos la bienvenida al primer viaje por carretera de AHEAD.

Una franja de carretera que parece interminable se extiende a través de un árido paisaje desértico hasta el horizonte brillante. Desciende serpenteando hasta la única gasolinera del Valle de la Muerte. Aquí nos encontramos con el mecánico R. Fairby, que se encarga de revisar y reabastecer los vehículos antes de cruzar el desierto. En un lugar gobernado por un calor y una sequía inclementes, es mejor prepararse para cualquier cosa. El recorrido atraviesa lugares que parecen tan irreales como sus nombres: Devils Golf Course, Artists Palette o Mesquite Sand Dunes, solo por nombrar algunos. Por la tarde, el sol poniente arroja una última luz sobre el valle, mientras los dos protagonistas, estacionados, murmullan en silencio para sí mismos.

Las temperaturas están bajando notablemente: es el momento de cerrar la capota del 911 Cabriolet. Ascendiendo cada vez más alto por puertos de montaña, la cada vez mayor presencia de la nieve nos obliga a poner las cadenas. Esta es la única forma de llegar a nuestro alojamiento, situado a más de 2.000 m de altitud en June Lake. Cuando llegamos a las cabañas de madera entre abetos cubiertos de nieve, el día lleno de acontecimientos llega a su fin mientras un cielo claro y estrellado brilla sobre nosotros. Las temperaturas de –20 grados hacen que nuestros dos vehículos estén cubiertos por una capa de cristales de hielo.

En una terraza con vistas al mar disfrutamos de un merecido cambio respecto a los días que hemos pasado en el desierto. Tomando la Highway Nr. 1, recorremos la costa hasta llegar a Los Ángeles. Disfrutamos de una vista sin impedimentos del océano y pasamos una bahía tras otra, en donde los surfistas se atreven a montar las olas. A medida que el sol se pone detrás del puesto de salvavidas, recordamos brevemente la serie de «Los vigilantes de la playa». Disfrutamos de un último viaje por carretera en dirección al centro de la ciudad de Los Ángeles. Llegados al parque elevado del Observatorio Griffith, el mar parpadeante de luces de la ciudad se despliega a nuestros pies.